The Reaper

The Reaper.
Prologo
Era una noche de verano. Un hombre harapiento y desconsolado caminaba la ciudad. Venía desde lejos. Tal vez tan lejos que no recordara ya en que lugar estaba su casa. De joven dedicaba su vida al trabajo y el bienestar espiritual, hasta que conoció a alguien. Ya no recordaba su nombre… ¿Cómo era sentirse feliz? Tampoco lo recordaba. Se sentó en el suelo de una plaza junto a la estatua de algún “Prócer”. ¿Quién sería? Ja, como si le interesara. Tenía su botella de vino junto a él. Tomó un trago largo. Sintió como el vino se mezclaba con la sangre de sus dientes, los cuales no habían visto un cepillo de dientes en años.
Hacía calor y tenía hambre. Lo que hubiese dado por comer un pedazo de comida decente.
Caminó hacia su refugio. Allí lo esperaba la amarga soledad. ¿Por qué no se mataba? ¿O se tiraba de un puente?
-Si me tiró de un puente puedo contaminar el agua con mi mugre –se dijo más para sus adentros que para los demás.
Se detuvo bajo un techo de lona. El local, un bar nocturno de esos que las chicas bailan y muestran parte de su exótico cuerpo, parecía estar lleno. Él no entraría ya que daba lastima el estado en que estaba: Borracho, sucio y hasta con restos de excrementos en sus pantalones. Saldrían espantados de allí apenas pisara el lugar. ¿Qué le iba a hacer? Así era la vida. Bebió un trago largo del vino marchito que sostenía entre sus manos.
Había bebido ya casi una botella de aquel líquido y, como consecuencia, necesitaba orinarlo. Se acercó al árbol e hizo uso de lo poco que le quedaba de raciocinio para largar aquel líquido. Cuando hubo acabado observó que por la vereda de enfrente venían andando dos chicas muy lindas y escuchaba los comentarios:
-Mira un linyera.
-No te le acerques, puede ser peligroso.
El hombre decidió jugarles una broma. Sacó su pene sucio y oloroso y, sacudiéndolo entre sus manos, les gritaba asquerosidades.
Las chicas corrieron asustadas. Lo último que buscaban era ser violadas por un linyera-borracho.
El hombre siguió caminando por la ciudad, sin rumbo, solo caminando con su botella eterna.
Al parecer hoy era domingo por la madrugada. Había muchos chicos y chicas jóvenes tomando bebidas alcohólicas. ¡Que manera de arruinarse la vida! Pero no era quien para juzgar a esos jóvenes. Probablemente terminaran igual que él.
Pasó delante de unos jóvenes que fumaban “Paco” frente al boliche.
-¡Eh Loco! ¡Como pegan estas pastas!
Probablemente se refirieran al Ribotril o Clonazepam mezclado con alcohol.
Los jóvenes miraron “duros” como pasaba el viejo. Si tenía pastillas ellos querían. Lentamente se pararon de sus asientos y, arma blanca en mano, corrieron hacia el linyera. ¡Tenían que alcanzarlo!
Vieron en la distancia que el viejo se dirigía a un descampado. Allí lo atraparían, le robarían y, para finalizar, lo matarían.
Pero al doblar la esquina se encontraron con una imagen terrorífica. El linyera, o parte de lo que era él, estaba en el suelo. Había sido seccionado en tres partes. La cabeza, el torso hasta la cadera, y luego las piernas.
Últimamente había una leyenda urbana que no dejaba de preocupar a la gente de los alrededores. Lo llamaban: The Reaper.

Debo preguntar... ¿es continuacion de tu ultima historia?

No, es otra version... es mas gore...
proximamente.